Eran las 6:30 am del 12 de Julio cuando
los intrépidos Chinches Chule, Mora, Tapi, Lucas y Ruso, ponían rumbo con sus
monturas al carro hacia Villargordo del Cabriel, punto de inicio de la ruta por
donde se avecinaban negros nubarrones y una incertidumbre comedida entre los
bikers durante el viaje de ida.
Comprobando que la tormenta había
descargado de noche y que se alejaba hacia el norte, partíamos puntualmente a
las 8 am saliendo del pueblo y cruzando la N-III así como la A·3 nos adentramos
en los terrenos de labor y vides que estaban a rebosar de conejos, que nos
dieron los buenos días.
Por buenos carriles en Peñas
Blancas atravesamos la cañada de Moluengo y en una larga bajada nos adentramos
en el parque natural de las Hoces del Cabriel, haciendo una primera parada en
la hoz de Vicente, de cuyo mirador avistamos un impresionante meandro con el
que nos deleita el rio Cabriel.
Proseguimos hasta un nuevo
mirador el de Fonseca, no tan espectacular pero bonito y después accedemos por
una buena cuesta a un nuevo mirador/zona recreativa, que permite una visión
amplia de la zona, avistando nuestro próximo objetivo..los cuchillos de
Contreras.
Tras una larga bajada por el
camino de la Fonseca accedemos a un Cabriel con fuerte caudal, el cual cruzamos
por un estrecho puente de hormigón, tras el que tomamos un respiro y nuestra
barrita, que nos permite iniciar el carril de los Cuchillos de Contreras que
discurre paralelo al rio.
Pasando por las casas abandonadas
de Fonseca nos adentramos en el corazón del parque llegando a los imponentes
Cuchillos en un recoveco del Cabriel digno de ver, el cual dejamos abandonando
un antiguo puente de hierro en desuso estilo Eiffel,
y
atravesando un túnel que permite proseguir la magnífica ruta hasta que
una vez pasado a nuestra izquierda un mar imponente de lapiaz del Cretácico de
pronto nos encontramos sorpresivamente con el camino cortado en la finca
Mirasol (antigua central eléctrica de Contreras), una puerta con candado y los
ladridos de un perro sarnoso de unos 60 años nos impidieron seguir.
Era un pequeño tramo a pocos kms
de nuestro destino, pero tuvimos que dar media vuelta, atravesar nuestro
avistado mar de roca y atrochar una corta pero pronunciada pendiente para
acceder a un nuevo carril (tras unos momentos de tensión), que nos permitió
seguir la ruta en sentido inverso y
que tras una larga y dura subida ya con
caloret por el Martinete, en la que hubo que echar pie a tierra, poder acceder
a la antigua N-III y proseguir por esta hasta nuestro destino tras pasar la
presa y túneles de Contreras.
Después de unos 44km con 940+ y
3h en movimiento conseguimos llegar al bar del pueblo y saborear 3 tercios
semifríos.
SOVIET SUPREMO