Sin barro si, pero
que frío !!!!, duro comienzo el de ese sábado y es que no
aprendemos, en lugar de huir o evitar en las primeras horas de la
mañana la orillita del río, nos metemos como tontos en ella de
cabeza, pues bien, con la intención de no tocar el barro retomamos
una de nuestras habituales rutas invernales.
Con una temperatura
de unos 3º, pero con la sensación térmica de menos alguno,
iniciamos la salida por la ronda oeste, San Anton y la orilla del río
por el camino del agua, senda del agua y camino de San Isidro, para
llegar al cruce con la carretera de Valdecabras, adentrándonos en la
matutina niebla continuamos hasta el camino que nos lleva a la senda
de las raíces para presentarnos en el restaurado puente del Chantre
y abandonar esta zona en busca de algo de sol.
Con nuestros
cuerpos ateridos por el frío y con el ánimo de entrar en calor lo
antes posible, obedecimos la sabia decisión de nuestro Lidel de
hacer un breve parón en el restaurante el Ventorro, cafelito
calentito y reparador que a más de uno nos supo a gloria.
Ya repuestos
subimos a la vereda por el camino del club, y rodamos por ella hasta
llegar el comienzo del campo de golf y descender hasta el pinar que
nos lleva al área recreativa de Villalba, como para entonces la
temperatura ya era agradable, hicimos una nueva parada para en esta
ocasión reponer fuerzas con la ingesta de nuestras barritas.
Como y nos
encontrábamos bien y algo juguetones optamos por aventurarnos por
las pistas del pinar que nos lleva a orillas del pueblo de Zarzuela y
bajar hasta el aeródromo de Sotos por una de sus pistas de enlace,
continuamos hasta Mariana y por la senda de la planta de áridos y
nuevamente la del club llegar a la carretera de Villalba, desvío por
la vieja carretera que nos conduce a nuestra ciudad a la que
accedimos por el carril bici. Una vez concluida nuestra aventura nos
dispusimos a la recuperación de líquidos en la plaza de la “U”,
donde comentamos el frío que soportamos y comenzamos a preparar la
tradicional comida de Navidad.
