Increíble pero cierto, algo de lo que nos podemos sentir orgullosos, máxima puntualidad a la hora acordada, contando además que la hora se había adelantado por aquello de evitar en la mayoría de lo posible las altas temperaturas que se preveían en la primera ola de calor estival.
Con la ruta totalmente decidida por los gürus del grupo, sin tener consideración ninguna por los que han estado ausentes en las convocatorias anteriores, el grupo junto con la aparición estelar de nuestro amigo y compañero David, ("Caramba" para los amigos), puso dirección ronda Oeste y con los despistes habituales, nos acercamos hasta el barrio de San Antón por el paseo del Jucar, continuamos por el carril bici hasta la pasarela de las Grajas, donde nos incorporamos al camino de Martín Alhaja, fuente donde se solventarón los problemas de la montura de David, para posteriormente llegar Verdelpino e iniciar la primera ascensión del día.
En la cima nos reunimos todos, ya que el ascenso cada uno lo hizo como pudo y a su ritmo, decidiendo nuestro reportero grafico el inmortalizar la jornada en el punto geodésico que hay en el alto de la Nava, momento que algunos aprovecharon para reponer fuerzas, llegando de nuevo con algún que otro despiste por los participantes mas adelantados del grupo. Descenso por la recién asfaltada pista, donde ya se pueden observar los primeros desperfectos que se producen en ella, e iniciar el segundo ascenso del día hasta la localidad de Buenache, haciendo parada antes de llegar al alto en la fuente para reponer nuestros bidones.
Pequeño intento de cambiar el itinerario programado, a lo que nuestro tesorero no sucumbió, llegando por el el camino del embarcadero a los pies de las rampas que nos conducen hasta el Ceño, objetivo a alcanzar, pero un poco antes de llegar y a propuesta de nuestro compañero Martin cogimos un desvío que nos lleva a enlazar con el PR que nos conduce al nacimiento del Huecar, enlazando con la senda de las Pocetas, breve parada y continuamos hasta Palomera, preciada localidad donde nos gusta reposar un tiempo después del esfuerzo realizado en época estival, objetivo final de nuestra ruta.
En este caso la parada se alargo algo más de lo habitual, pues ahí es donde decidimos el realizar la reposición de líquidos, disgregándose el grupo según las prisas de cada uno por retornar a sus lugares de origen.
El resto descendió de forma distendida, separándose cada uno ya en las calles de nuestra ciudad tras haber pedaleado unos 58 kms, divertidos, a un ritmo mas que aceptable y con un ambiente mas que recomendable.
